lunes, 11 de abril de 2011

DESPOTRICANDO


No me encuentro hoy muy católico. Me vengo notando como agobiao, un poco tocado de lo que viene a ser la parte noble. Me hace falta un desahogo y para eso tengo este hueco. Me lo voy a dar. Como le decía a una amiga este fin de semana, esta es mi montaña donde gritar al viento y cagarme en tó.
Siempre he trabajado para mí mismo, bueno siempre no pero como quien dice casi siempre. He sido mi propio jefe para lo bueno y lo malo y os puedo decir que desde dentro solo le ve uno desventajas, que no me habré puteao puentes yo solo… pero ahora lo echo de menos mas que un perro a su amo. Aguantar mindundis que encima se las dan de sabios consejeros es mi mayor peso ahora. Gente que hoy te dice digo, mañana Diego y al otro que si te dije digo que haces con Diego. He de reconocer que en una situación como la que se vive en el país, soy un cabronazo que se queja de tener lo que miles, que digo, cuatro millones anhelan (que ya será menos que ya nos conocemos todos). Pero no me quejo nada más que porque este rinconcito es mío y para ello lo abrí. Estos últimos meses me he sentido progresivamente desesperanzado, he tenido mis habituales cambios de humor pero llevados más cerca del polo negativo, y durante periodos más largos. He sido más huraño, mal encarado, pesimista, critico, cínico, acido, abúlico, serio, aburrido, despistado, desaliñado, triste, apático, estúpido y porque no egoísta; de lo que suelo ser (que ya lo soy todo normalmente pero menos). Por ello pido perdón a todos los que me soportáis en silencio, como una hemorroide (almorrana para los no doctos). Cada día lucho por mejorar, pero últimamente ya me cuesta mantenerme como estoy. Oscilo entre estados de ánimo en minutos porque me fuerzo a levantar el espíritu y afrontar todo lo que me rodea pero sí que me descoloco últimamente demasiado. Vuelvo a pedir perdones y agradecer el apoyo, muchas veces silente, de los que me mantenéis y soportáis, animáis y sonreís, haciendo que me vea en vosotros reflejado viendo que en realidad y como dijo un sabio: “de tó se sale” y.

3 comentarios:

Martina Neva dijo...

Ayyy… cómo te entiendo… A veces me gustaría cerrar los ojos y que todo desapareciera un instante, un solo momento en el que poder respirar profundamente sin que nada ni nadie esté esperando a que acabes. Menos mal que era solo respirar…. Pero resulta que cuando abro los ojos, todo sigue allí, en el mismo sitio de hace un segundo, y ahora me mira con aire desafiante y hasta con desprecio, y una no tiene más remedio que seguir adelante, más deprisa si cabe, para recuperar con creces ese momento “perdido” en respirar.
Yo también siento últimamente que la vida me está vacilando, a ver quién puede más, a ver quién se cansa antes y se da por vencido. Me está poniendo a prueba en muchos aspectos y también trata de jugar con mi forma de ser… Pero, ¿sabes? No va a poder conmigo, porque cada mañana, cuando me levanto, pienso en todo lo bueno que hay a mi alrededor, en todo lo que está por llevar, en esa gente que tanto merece la pena, y entonces me visto con la mejor sonrisa y todo el buen humor que cabe en mi bolso y a la calle. Y ante esto, compañero, ya pueden llover piedras de molino, que mi paraguas parará todos los rasguños.
¿Te he dicho que me gusta tu blog? Pues eso, que me gusta. Un beso.

Saberto dijo...

Me alegra mucho que te guste y que remueva cosas en quien me lea. Al cerrar los ojos no se borra lo de fuera pero al menos respiramos como bien dices. Tu actitud nos sirve de ejemplo a muchos. Te admiramos en secreto por ser como eres contra viento y marea. Me guardo tu comentario como un mantea que repetir cuando no me encuentre bien y tenga ganas de tirar la toalla. Gracias por tu regalo.

Saberto dijo...

No era un mantea era un MANTRA