miércoles, 20 de abril de 2011

Los Caminantes

De entrada la prisa nos jugo malas pasadas, nos pasamos el albergue publico, nos pasamos de rápidos cogiendo el siguiente (era privado, pero mejor? No).
Lo que nos interesa, lo interesante es la actitud melindrosa de los dueños, todo muy bien, como queráis,... En oposición a la realidad dura y reveladora: el carpintero terminando de poner estantes (se cargo una tubería y dejo a todos sin agua hasta la noche), las duchas con una cortinilla mugrienta y una disposición sinceramente difícil de describir, corrientes de aire, ...
Comimos de maravilla en el único lugar posible. La compañía muy buena y el ambiente genial, a excepción de un señor empeñado en refregar su gran capacidad a todo el que se cruzara preguntara o no. Hay una cosa, referida al camino que no comparto: la bondad genérica. Hay mucho aprovechado de eso. Esto es una actividad humana, el humano creo la literatura, la pintura, el cine, la poesía, hasta el iPad leche, pero también la guerra, las armas biológicas, el latrocinio y la mentira. Si la mentira, la perfecta arma creada por el hombre.
En fin los caminantes también me recordó a la novela de zombis, de autor español que dicho nombre lleva. Y a eso recordamos ya todos a zombis, con su ya nuestra característica forma de caminar. Ah, y.

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