martes, 11 de julio de 2017

La marea

Acabo de leer la última entrada. Hace bastante que la escribí, mi sensación personal poco o nada han variado aunque mis motivaciones han avanzado, se han hecho más complejas. Después de planes y pasos previos me hallo en disposición de avanzar en mi profesión y dar un nuevo giro a mi desempeño como sanitario. Será duro y complejo pero ya he empezado y la idea de reengancharme a la primera línea me atrae de forma inevitable. Hemos hecho cambios en el puesto de ella, una cuasicompleta renovación. Un cambio muy atractivo que actualiza su centro como ya se hizo con el mío. Ojalá pueda disfrutarlo, será señal de que todo avanza bien. El pequeño superhéroe avanza dentro de poco podremos a buen seguro decir que literalmente y de forma autónoma. Buenas cartas. Aun así día a día la marea sube y baja, algo se me ha roto dentro para siempre y nada lo enmienda.

domingo, 19 de junio de 2016

Tiempos de silencio

Ha pasado casi un año de la última vez que escribo una entrada. Casi no he notado cómo ha pasado ese tiempo, demasiado ocupado en la rutina del día a día, atender el trabajo y ayudar en casa lo que puedo. Mi niño avanza, no sé si lento, rápido, con destino incierto o no. El tiempo se congela y me siento envejecer, me encuentro más lento y doloroso, menos capaz. Solo la voluntad me mueve hacia delante, esa inercia que nos lanza desde el nacimiento de perdio hace tiempo. He descubierto que nada me genera ilusión. Ha sido un hallazgo casual, fortuito. De pronto me vi a mí mismo sin más ánimo que el carpe diem ni más empuje que el de dejarme llevar. De nada me sirve a mi entender planear más allá de lo coherente y previsible, no tiene, a mi opinión,  sentido  elucubrar posibilidades y empresas. Ya se verá a donde nos dirigimos, ya se vera como sigue nuestro camino. 

viernes, 14 de agosto de 2015

El perro gris

Me ronda el perro gris. Se sube a mi espalda y me pone las patas en la cabeza para que me agache y mire al suelo. Me llora al oído, haciéndome recordar lo peor de lo que siento y como mis decisiones me llevaron hasta aquí. El perro gris me muerde la garganta, me mete sus pelos en los ojos, menreda mis pies yaulla por la noche para que no duerma. Sólo el sueño me sirv para huir del perro gris. El esta ahí cada día más grande, cada día más presente y cada vez ocupando más y más mi visión y mis pensamientos.

jueves, 16 de julio de 2015

Jardines

Hoy te echo más de menos que nunca. Te recuerdo a menudo y te tengo presente en mis conversaciones a diario. Recordar tu sonrisa reflejada en los cansados ojos de mi madre me hace presagiar una nueva pérdida, me hace necesitar un abrazo para aferrarme a quién está aún a mi lado. 
Te fuiste diluyendo, dándonos chispazos de tu presencia con tus gestos y voz llena de temblor. Te echamos de menos, mucho, eres tan parte de nosotros que estas presenté aunque ya no estés. Nuestras sonrisas no volvieron a ser completas, una reunión sin ti adolece de tu ausencia, se te recuerda permanentemente. Dile a tu padre que baje el puente que une la vida y la muerte, dile a tu madre que te deje venir a vernos aunque sólo sea un momento. Agárrate fuerte en el viaje, no sea que el temblor te haga soltarte. Acuérdate, ropa interior limpia y nueva.

Mil besos y uno más. Te echo de menos abuela.

domingo, 28 de junio de 2015

Sombras

Me acosan las sombras de la tristeza y el desanimo. Me tienen cercado y no veo escapatoria. Sólo puedo mirar atrás pues adelante todo es incierto. En mi mente sólo las imágenes de un negro porvenir. Abandonar toda esperanza es la única opción que veo, agachar la cabeza y aguantar lo que venga. No tiene sentido intentar mantener un ánimo positivo si todo lo que me rodea es negativo.

sábado, 27 de junio de 2015

Con dolor, condolencias

Acabo de leer la noticia de la pérdida de la vida del niño de Olot. A menos de un metro de mi duerme mi bebe. El bebe que casi perdemos por una enfermedad extremadamente rara. Sólo puedo en estos momentos sentir dolor por la pérdida de esos padres. A nosotros nos destroza a veces la incertidumbre de no saber sí uno de nosotros transmitió el virus que provoco la encefalitis a Guille, no puedo ser capaz de imaginarme ni de lejos aún así los sentimientos de esos padres que engañados por los charlatanes no vacunaron a su hijo. Más si puedo decirles que no deben culparse, la enfermedad les ha hecho un daño irreparable, les ha quitado a lo más precioso que había en su vida, no dejen que el dolor les quite más cosas. Estos momentos son muy duros. Para nosotros los días de hospital fueron un tiempo que cambió nuestra vida para siempre. Las personas que éramos se han ido, no existen más. Ahora intentamos aprender de nuevo a vivir, con una incertidumbre permanente, sin planes más allá de la rutina, sin ilusiones más allá de mirar su sonrisa y disfrutar cada buen momento, cerrando las puertas al dolor en la medida de lo posible. Mi llelle duerme a mi lado, le oigo respirar y se me escapan las lágrimas del dolor que imagino deben sentir esos padres. Mis más sinceras condolencias. Descanse en paz ese ángel.

martes, 23 de junio de 2015

Mirando al mar

En un hueco de la ajetreada agenda que domina mis días me he escapado a mirar el mar unos minutos. Nos llama el salado e inmenso acumulo de agua del que un día escapo en su deriva aquel predecesor genético que piso primero la tierra para quedarse. Sus cantos de sirena nos embelesan.