domingo, 19 de junio de 2016

Tiempos de silencio

Ha pasado casi un año de la última vez que escribo una entrada. Casi no he notado cómo ha pasado ese tiempo, demasiado ocupado en la rutina del día a día, atender el trabajo y ayudar en casa lo que puedo. Mi niño avanza, no sé si lento, rápido, con destino incierto o no. El tiempo se congela y me siento envejecer, me encuentro más lento y doloroso, menos capaz. Solo la voluntad me mueve hacia delante, esa inercia que nos lanza desde el nacimiento de perdio hace tiempo. He descubierto que nada me genera ilusión. Ha sido un hallazgo casual, fortuito. De pronto me vi a mí mismo sin más ánimo que el carpe diem ni más empuje que el de dejarme llevar. De nada me sirve a mi entender planear más allá de lo coherente y previsible, no tiene, a mi opinión,  sentido  elucubrar posibilidades y empresas. Ya se verá a donde nos dirigimos, ya se vera como sigue nuestro camino.