viernes, 18 de marzo de 2011

DANDO CERA

Me encuentro guerrillero. No sé si es por la pantagruélica comida o por estar en Málaga, que a veces me pone de mal humor por motivos profesionales. El caso es que los mosqueos de la semana se me han venido a la mollera. No veo a quien dar cera a destajo y de manera gratuita. Bueno, en realidad tengo varios objetivos (targets) pero no me decido por uno.
Es curioso, mas de una vez lo he hablado con mi mujer, el pasatiempo nacional no es el futbol: es sentarse en algún lugar público y poner a parir a todo el que ves. Tardes y tardes de paquete de pipas (no doy marcas: ESPACIO PUBLICITARIO EN VENTA), banco incomodo en plaza transitada y lengua viperina al viento. Es además un pasatiempo ameno, barato, variado… en tiempo de crisis encima libera tensiones. Mirando más ventajas sirve para sacar al niño a que le de el sol, que tiene cara de pokemon ya, todo amarillo de ictericia tanta tele y videoconsola (tampoco doy marca, IDEM). Recuerdo a mi abuela, bajándose un rato a vestir de limpio a todas las ligerillas del barrio en la esquina bajo su ventana, con las vecinas. A mi madre con el resto de madres de los niños del patio, con la excusa de vigilarnos bajaban y se ponían a charlotear entre ellas, vigilar, si si, y un cuerno. Es un deporte nacional el critiqueo. No sé si es sano o hiriente, pero extendido, ja, más que el futbol. En los bares la gente mira el partido o no, pero para criticar a los políticos, por decir alguien, todos se apuntan. Antológica es esa frase de la Antonia, el personaje más famoso del dúo humorístico de Triana: “Tu sabes que a mí no me gusta criticar Charini, pero…”. Eso digo yo, PERO y.

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