martes, 11 de octubre de 2011

CINCUENTA Y 2

Me quede pensando en los numeros. Siempre me han fascinado, como se relacionan entre si ese conjunto de significantes axiomaticos (toma ya!!) que tienen tal familiaridad entre ellos que llegan a asociaciones secretas escondidas en paranoicas operaciones aritmeticas. La pelicula "El numero 23" es un claro ejemplo de a que me refiero. El personaje que interpreta un descarnado Jim Carrey se obsesiona con un libro que muestra como se oculta este numero tras cada dato de su propia persona.
De forma cercana y alejada a un tiempo (no estoy tan majara, bueno... un poco si) desde pequeño me ha apasionado la relacion oculta entre los conjuntos numericos. Sumaba y restaba, dividia y multiplicaba, descomponia en primos, hasta desarrollaba ecuaciones o probabilidades de combinatoria con matriculas, numeros de telefono, fechas, direcciones,... Los numeros nos acompañan en todo lo que hacemos. Con el auge de la informatica los ceros y unos estan permanentemente zumbando a nuestro alrededor, muy graficamente representado en la opresiva atmosfera de "Matrix". Somos numeros para casi todos los que gestionan algun documento, policias, politicos, banqueros, comerciales, aseguradoras, hasta podologos (con las nuevas tecnologias de este campo tus pies son un arcjivo virtual).
En particular resultan muy llamativas las relaciones estables en la anatomia humana: casi todo viene por parejas o en numeros primos. Tenemos cinco sentidos, los organos importantes son unicos, pero los que estan divididos lo estan en dos partes.
Los numeros primos, otro gran interrogante que se establece como un pilar del conocimiento matematico. En estos interrogantes se basa la pseudociencia para credulos conocida como"numerologia". Una rama del amasijo de engañabobos que es la -mancia.

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