Desde pequeño me fascinan. Siempre he creído en la teoría según la cual algún día solo ellos, los bichos, poblaran el planeta. Cuando los veía masacrados en la fantasía cinematográfica de David Cronenberg (¿se escribe así?) me daban penita incluso. Hace poco descubrí en mi tienda de comics habitual una novela grafica que habla de un punto de inflexión en su historia. El momento en el que una rubia (cucaracha me refiero) evoluciona y comanda la conquista. Me hizo pensar.
Somos parásitos del planeta. Lo corroemos en busca de recursos, perforándolo, removiéndolo, cortándolo a nuestro antojo. Devoramos como langostas las materias que usamos y luego solo dejamos los desperdicios. Nuestros residuos (biológicos hablo) contaminan el medio y lo marcan por años. Somos bichos. Y encima hemos inventado nuestro propio matabichos. Hemos inventado la guerra, el mejor exterminador. Aleluya por el hombre, rey de la creación, y.
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